Estoy casi de vacaciones y, sin embargo, estoy tan cansada que no me permito disfrutar de la maravillosa sensación previa. Me doy cuenta de que no sólo estoy cansada es algo más, que no me permito verbalizar porque si lo hago quizá sea más consciente de ello.
Tengo un cuento a medias desde hace varios días que estoy deseando terminar. Tengo un juego de la Nintendo DS en la misma situación. Tengo un par de libros en inglés que he tomado prestados en la biblioteca pendientes de leer...
Creo que sentí esto mismo a finales de 2007. Es un viejo runrún que me persigue, que gira en torno a mi rodeándome como un hálito insano. Trato de ponerme las gafas de optimismo, pero me temo que otra vez las olvidé en casa. Mientras, sigo esperando que llegue el miércoles y poder dormir hasta las tantas...