Dos

Hace unos días, bajo tierra camino del trabajo, observaba con curiosidad a una pareja. Se abrazaban, entrelazaban sus manos y se tocaban constantemente. Su forma de relacionarse consistía en un continuo contacto físico.

Mientras esperaba que el tren hiciera su aparición en el andén, mi mirada se topó con unos pies en unas festivas manoletinas de flores. Me llamó la atención el que todos sus huesecillos se revelasen ante mí y no pude por menos que continuar ni recorrido por el cuerpo de aquella mujer hasta llegar a su cabeza. Cuando llegué a sus manos reparé en él y en su forma de tratarla: con una dulcísima e infinita ternura. Ambos nómadas modernos, iban pertrechados con esa suerte de tartera que cargamos quienes trabajamos tan lejos del hogar que nos vemos obligados a "comer de tupper".

Una vez dentro del tren, con mi insaciable curiosidad manifiestamente insatisfecha me topé con ellos sentados frente a mí. Fue cuando constaté lo que antes sólo habia intuido. La mujer que provocaba esa devota mirada estaba delgada hasta el límite. En ese momento pensé "Esto sí que es AMOR". Y me ví obligada a dejar de mirar porque el hombre se había percatado de mi atención y parecía molesto.

Pude ver más allá del dolor, de las lágrimas, de la enfermedad, pude ver el soporte, el apoyo, el amor incondicional. Pude ver en los ojos de él a la mujer que él seguía viendo. Me alegré mucho por ella. Pensé que, dentro de la desgracia, ella era muy afortunada porque alguien luchaba a su lado.

NEGRO

Hay días que empiezan mal y, desde el mismo instante en que comienzan a torcerse, ya sabes que esa va a ser la tónica de toda la jornada. Algo parecido me está ocurriendo a mi hoy. En realidad, la mala jornada comenzó anoche y no fue sólo por el fútbol, parece que tengo un don para meter la mata y no saber calibrar las consecuencias. Así que el dia que ayer finalizó gris hoy se ha puesto negro. Estoy deseando meterme en la cama.

HARTAZGO

Estoy casi de vacaciones y, sin embargo, estoy tan cansada que no me permito disfrutar de la maravillosa sensación previa. Me doy cuenta de que no sólo estoy cansada es algo más, que no me permito verbalizar porque si lo hago quizá sea más consciente de ello.

Tengo un cuento a medias desde hace varios días que estoy deseando terminar. Tengo un juego de la Nintendo DS en la misma situación. Tengo un par de libros en inglés que he tomado prestados en la biblioteca pendientes de leer...

Creo que sentí esto mismo a finales de 2007. Es un viejo runrún que me persigue, que gira en torno a mi rodeándome como un hálito insano. Trato de ponerme las gafas de optimismo, pero me temo que otra vez las olvidé en casa. Mientras, sigo esperando que llegue el miércoles y poder dormir hasta las tantas...

11 de marzo


Hoy es 11 de marzo. Hoy otra vez los nervios, la triste agonía, las lágrimas. Al menos, no llueve. El brillante sol, aunque con frío, trata de alejar la melancolía y acercar la esperanza.







Y Madrid, ciudad salvaje y agresiva, os llora hoy como si fuera 2004. En su dolor, con el nuestro, aunque no os conociéramos, siempre estáis presentes.

NO OS OLVIDAMOS.

Agotada

Así es como me siento hoy, tras la mañana de infarto, organizado una reunión tras otra, prescindiendo de la clase de inglés porque no me daba tiempo, esperando llegar, intentando olvidar el horrible día de ayer.

Uffff